Saber a dónde dirigirse
Matutina para Jovenes | Sabado 20 de septiembre de 2025
——(Salmos 25: 4).
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ermíteme confesarte algo antes de comenzar la meditación de hoy: No me gusta conducir. De hecho, casi siempre que me toca manejar a algún lugar nuevo, y a algunos lugares poco conocidos, utilizo la ayuda del GPS, ese novedoso invento que casi todos tenemos en nuestros teléfonos y que nos ayuda a encontrar el mejor camino y evitar los extravíos. Pero durante la mayor parte de la historia de la humanidad, los viajeros y navegantes tuvieron que valerse de otros instrumentos para orientarse.
Uno de los artefactos más útiles es sin duda la brújula, un instrumento que utiliza una aguja imantada para señalar el norte magnético terrestre. La brújula fue creada en China, aproximadamente en el siglo XI, con el fin de determinar las direcciones en mar abierto. Desde entonces, ha sido utilizada por marineros, exploradores y aventureros de todo el mundo.
Ser capaces de encontrar el camino correcto es sumamente importante en nuestra experiencia diaria, tanto en el sentido literal como figurado. Algunas de las preguntas más comunes entre los jóvenes son: ¿Cómo puedo diferenciar el bien del mal? ¿Cómo puedo orientarme moralmente en medio de tantas opiniones y criterios diferentes? ¿Cómo puedo encontrar mi lugar y mi camino en este mundo?.
La buena noticia es que tú y yo contamos con un instrumento mucho mejor que la brújula y más efectivo que el GPS para ubicarnos en el plano moral. Me refiero, por supuesto, a la Palabra de Dios, la Biblia. En ella podemos encontrar la voluntad de Dios para nuestra vida, así como sabios consejos para todo tipo de situaciones. Mediante su lectura podemos adquirir la sabiduría necesaria para discernir entre el bien y el mal (Sal. 119:130). En sus páginas también podemos encontrar el conocimiento necesario para escoger el camino correcto en esta vida (Sal. 119:29).
Si por alguna razón sientes que has estado tomando malas decisiones, hoy te invito a recalibrar tu consciencia para que esté en armonía con la Palabra de Dios. Para eso solo tienes que cultivar el hábito de leer las Escrituras cada día y orar para que el Espíritu Santo te indique cómo aplicar su verdad a tu vida. También te invito a confiar en Dios y seguir sus consejos sin importar lo que puedan sugerirte tus sentimientos o las opiniones de los demás. Busca hoy la dirección divina y continúa con fe tu viaje por esta vida. Así, aunque vengan tormentas siempre sabrás adónde dirigirte.